En los pacientes con PCI, podemos encontrar diversos patrones de alteración en el aparato locomotor. Los primeros meses de vida suele haber hipotonía que luego puede revertirse y cambiar por un tono muscular incrementado. 

Para muchos padres el gran objetivo es que sus niños logren cierto nivel de autonomía, no solo a nivel motor sino también neurológico. En este sentido, existen algunas técnicas y tratamientos que permiten compensar o minimizar el efecto del trastorno que interfiere en funciones necesarias para la vida diaria. 

Asimismo, otro de los objetivos en pacientes con PCI es optimizar la función y tratar los efectos secundarios de la lesión en la neurona motora superior,  que genera movimientos involuntarios, así como manejar los trastornos asociados: alteración del equilibrio, del tono muscular y del control motor selectivo además de deficit sensorial.

¿Qué tratamientos ayudan a mejorar la calidad de vida de pacientes con PCI?

En los pacientes con caso más leve solemos controlar las alteraciones del aparato locomotor con infiltraciones con toxina botulínica, fisioterapia y ferulizaciones.

Un tratamiento importante también lo constituyen los dispositivos ortopédicos que contribuyen con el equilibrio y la mejora del movimiento en el niño. También existen otros dispositivos que pueden ayudar con el movimiento y la postura como sillas de ruedas neurológicas y caminadores.

En algunas condiciones clínicas puede ser necesario hacer cirugías correctivas de los miembros superiores o inferiores. Especial atención merece el control de las caderas en el niño pequeño y la rodilla en el preadolescente. El pie debe ser estable y también puede ser susceptible de cirugías correctivas.. Uno de los más grandes retos de este tipo de intervenciones es conseguir la mejora de la marcha gracias a la alineación de miembros inferiores o el alargamiento de músculos acortados. En algunos casos puede recomendarse la cirugía Multinivel que permite realizar diversas intervenciones durante un único acto anestésico. 

Los niños y adolescentes con parálisis cerebral infantil, desean optimizar su caminata y uso de los miembros. Merecen recibir el mejor tratamiento posible. Para ello es imprescindible un análisis profundo de su situación real que conlleve a estructurar un plan de trabajo con objetivos claros y realistas para que sus papás y ellos sepan bien qué esperar del tratamiento y puedan disfrutar de su progreso.  La recomendación es que sean atendidos por verdaderos equipos multidisciplinarios, donde estén activos el neurólogo infantil, el médico fisiatra, el fisioterapeuta, el terapista de lenguaje y el ocupacional y un ortopedista infantil con preparación en Neuro Ortopedia que esté familiarizado con el Laboratorio de Marcha y los procedimientos quirúrgicos diseñados para esta condición que es tan demandante.

Por último, mi mensaje a los papás de disfrutar al máximo de sus hijos y dejarles a ellos disfrutar su infancia, balanceando en sus vidas las sesiones de terapia física y uso de ortesis , con la educación en el colegio, los amigos, fiestas y reuniones familiares. Que las atenciones médicas no les roben su infancia y solo sean un complemento en sus vidas.